El consumo medio de sal en España ronda los 9-10 gramos diarios, el doble de lo aconsejado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El exceso de sal aumenta el riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares y daño renal.
Gran parte proviene de alimentos procesados. Reducirla no significa perder sabor, sino recuperar el control sobre lo que comemos.
Actúa: Una medida práctica es cocinar más en casa, leer las etiquetas para elegir productos con menos sodio y sustituir parte de la sal por hierbas aromáticas o especias naturales para potenciar el sabor sin riesgos.